28 de julio de 2021

La chica del bar

No era la primera vez que Elián se quedaba hasta tarde trabajando en el bar, recogiendo los vasos que los tres borrachos habituales que frecuentaban el tugurio donde trabajaba dejaban a medio beber después de caer inconscientes en el suelo de baldosas negras y blancas del local, tras dejar los vasos limpios y colocados para la mañana siguiente, se despidió de la dulce Mar, su jefa, una señora de unos 80 años que regentaba el local con mano dura y con corazón de hierro, la dió un beso en la mejilla y se puso el abrigo que su madre la había regalado las pasadas navidades, sus tacones rojos resonaban por el pavimento de las calles de Madrid, ya oscuras y con la escasa luz de las farolas iluminandolas, el sonido de un maullido proveniente de un gato a lo lejos hizo que se sobresaltara, saco el movil que a duras penas se había podido comprar y miró la hora, las tres de la madrugada, las calles se encontraban vacías a excepción de algunos parques donde los jóvenes se encontraban haciendo botellón, mañana por la mañana madrugaba, tenía un examen de Física a las nueve y por la tarde tenía que volver al bar para ayudar a Mar con la clientela, cuando se mudó a Madrid desde su pequeño pueblo no aceptó la ayuda de nadie, quería valerse por sí misma y demostrar que valía para algo, por lo tanto aceptar la ayuda de su padre, el hombre que la abandonó, no estaba en sus planes.


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