1 de enero de 2021

Arquitectura

Soy consciente de que, para empezar estoy en una carrera según parece, bastante vocacional, porque ¿quién se iba a meter en una carrera en la que sabes que no hay trabajo cuando salgas? Respuesta: alguien con vocación; alguien a quien le apasione la dosificación de un hormigón con una determinada resistencia y que está preparado para cierto tipo de ambiente; alguien a quien le mole saber los tipos de crecimiento del tejido urbano de una ciudad; alguien a quien le guste calcular el volumen comprendido entre dos superficies que cortan; alguien que no tenga reparos en hallar las curvaturas principales de una superficie; en definitiva, alguien que le apasione esta carrera.

En verdad, esto de estudiar arquitectura no viene de lejos, ni siempre he querido serlo, ni mucho menos. Esto empezó en primero de bachillerato. A mí siempre me ha gustado muchísimo crear, inventar cosas de cero, cosas que no existan, la idea de crear me puto flipaba y lo sigue haciendo a día de hoy. Además, me encantaba la idea de crear cualquier cosa, desde un edificio, un puente, un coche, un cohete espacial o incluso un software informático, por lo que me fui a la rama científico-técnica. A partir de ahí, empecé a fantasear con las cosas que podría diseñar y una de mis mayores fantasías era diseñar mi propia casa, pero claro, para ello necesitaba estudiar arquitectura y aquí estoy.

Si os soy sincero, el año pasado empecé con mucha ilusión y, de hecho, empecé incluso relajado teniendo en cuenta el nivel de exigencia de la carrera. Conforme iba avanzando el tiempo, me di cuenta de que la arquitectura no es lo mío, pero seguí, porque quería lograr mi sueño de diseñar mi propia casa. Cada vez me deprimía más, incluso fantaseando con dejar la carrera y ponerme a hacer cursos de informática avanzada y de programación. También, con el paso del tiempo, me doy cuenta de que, en esta puta sociedad, no eres nadie sin un título universitario o de Formación Profesional, por lo que me sigo suministrando dosis de fantasía y de futuros ideales, pero esto ya no se sostiene. Estoy en un punto en el que, solo por tener suspensa una asignatura, estoy pensando en dejar todo. No sé si finalmente terminaré o no la carrera, puede que solo necesite pensar, a lo mejor necesito trabajar.

La idea de esta entrada la he sacado de la siguiente página: (link)