La RAE define adiós como una expresión para despedirse o para expresar decepción, contrariedad o sorpresa. Esto quiere decir que puede usarse para algo bueno o para algo malo.
Un "te echaré de menos", un "te quiero", un "para siempre" o un "nunca te olvidaré", pero también un "me hiciste daño", un "olvídame" o un "déjame solo". Todos ellos pretender ser una despedida, de un modo u otro, pero es un adiós. Hay veces que es muy difícil decir un adiós. Hay veces en las que es difícil no dejarse llevar por las emociones y acabar llorando. No hay que ocultar esas emociones, no hay que hacerlo nunca porque si lloras, muestras que a la otra persona la quieres de verdad y que realmente te duele perderla.
A veces una despedida puede ser dura, porque es por mucho tiempo, porque es para siempre, porque hay algo entre esas dos personas que las une. Ese hilo rojo que conecta dos personas que están destinadas a juntarse... Se separan... A lo mejor te hiciste un nudo y te confundiste de hilo, no te preocupes, todo llega.
Hay gente que cree en el destino, en que todo está ya hecho, todo ya ha pasado y solo estamos viviendo una secuencia del pasado. Puede ser que en verdad, todos hayamos muerto. Puede ser que todos hayamos sido creados con un objetivo. El objetivo sería el transformar a las personas y dejar en ellas una huella que no olviden. Otro objetivo podría ser buscar a ese alma gemela. Incluso otro posible objetivo es hacer felices a los de tu alrededor.
Muchas veces esperas más de la otra persona. Has pasado todo el día con ella, te has estado aguantando las ganas de expresarle lo que sientes. Tu corazón quiere hablar, pero tus labios no, te bloqueas, no sabes qué hacer. Le miras a los ojos y ves tristeza, ves que realmente no quiere irse, no quiere dejarte, quiere seguir contigo. Le coges la mano mientras mantienes la mirada, hay tensión, pero no hay palabras, ambos sabéis que hay mucho que decir, pero ninguno lo dice. Te despides y te vas en dirección contraria. Te das la vuelta y le miras, con deseo, con deseo contenido. Te metes en el metro, te pones tus cascos para escuchar música mientras esperas a que llegue el tren. Empieza a sonar esa canción que te recuerda a ese alguien... Le quieres, te sale una lágrima. Recuerdas que se te ha olvidado algo. Sales rápido del metro, te pones a buscarle, no le ves. Te metes por un callejón, le ves en el fondo, vas corriendo, llamándole. Te mira desde lejos. Al llegar, le miras a los ojos y le dices que se le ha olvidado darte una cosa. No hay preguntas, te lanzas, le besas. No hay que entenderlo, es amor, solo amor.